Phygital Payments

Recientemente, la Federación Bancaria Europea (EBF) ha publicado su informe anual “Banking in Europe: Facts & Figures” en el que expone cómo el sector financiero se está contrayendo en Europa de manera continua, tanto en lo referente a la red de oficinas como al personal. Una de las razones ha sido el impacto de la pandemia sobre la volatilidad de los mercados, aunque la respuesta coordinada de los bancos centrales haya frenado consecuencias más desafortunadas. Otra ha sido la adopción urgente y necesaria de la banca digital por parte de la gran mayoría de usuarios de servicios financieros y, sobre todo, de los servicios de pago.

En la última década, el número de instituciones financieras se ha reducido casi un 30%, siendo la contracción de sucursales de poco más del 31% en el mismo periodo. En cuanto a los empleados, en el conjunto europeo se han perdido casi el 20% de empleos, es decir, más de 640.000 personas se han visto forzadas a cambiar de actividad. Las previsiones indican que continúe esta tendencia debido al auge de la banca por internet y a la automatización de todos los procesos de negocio, fruto también de la flexibilidad legislativa, supervisora y regulatoria que ha permitido la entrada de nuevos agentes 100% digitales (Neobancos y Challenger Banks), principales responsables de la aceleración de la transformación digital del sector tradicional para mantener su posicionamiento competitivo.

Si la tecnología ha modificado muchas de nuestras pautas de conducta de consumo y la manera en la que las personas interactuamos, la situación actual ha consolidado definitivamente el “comportamiento digital” incluso en sectores que, hasta hace poco, se resistían o no tenían la capacidad ni los recursos para realizar transacciones electrónicas. Esta ha sido otra de las claves que la banca ha usado como excusa para avanzar con rapidez en la migración digital, substituyendo los sistemas heredados con nuevos desarrollos y, sobre todo, aplicando la innovación a la industria de pagos, mejorando las aplicaciones móviles y simplificando las transacciones con el respaldo de elevados estándares de seguridad y de sistemas inteligentes.

En el caso de los emisores de tarjeta, han tenido que realizar una rápida adaptación para trasladar el soporte físico al virtual, revisar su modelo operativo y, en el ámbito comercial, centrarse en la experiencia del cliente como argumento principal para mantener las cifras de negocio sin perder a futuro un lugar preferente en el monedero de sus clientes. Esto requiere de importantes inversiones, que deben aplicar a sus propias estructuras o mediante la subcontratación de arquitecturas modulares de terceros para garantizar la eficiencia y el “time to market”.

El crecimiento del comercio electrónico en estos meses de aislamiento y miedo al uso del dinero en efectivo apunta a que, en los próximos dos años, casi el 80% de las compras se realizarán mediante tarjeta física o eWallets, en una proporción de 3 a 5 respectivamente. Aunque en ambos casos estamos hablando del mismo producto, tarjeta de crédito o débito, sus atributos ya consolidados, como la familiaridad, universalidad, seguridad, fiabilidad, etc., les garantizarán la continuidad, si bien los emisores no pueden perder de vista la entrada de los sistemas de pago basados en cuentas, como las transferencias instantáneas o las domiciliaciones directas, que abaratarán costes de transacción, reducirán la intervención de intermediarios y evitarán el uso de instrumentos de pago adicionales.

La más que probable competencia entre ambos modelos, tarjeta vs cuenta, requerirá de fuertes inversiones para el ajuste de los puntos y canales de venta, la gestión de los flujos de dinero y para la aceptación de compradores y vendedores. Dado que la regulación de los sistemas de pago (a través de las directivas PSD2, GDPR, PAD, WTR2, AML5) ya prevé los nuevos escenarios que vamos a encontrar, se espera que la industria financiera, en su conjunto, perfile una estrategia que ubique al usuario no en el centro de su foco innovador, sino en toda la cadena de valor del proceso de pago ya que, como emisores y adquirentes de pagos tienen una dilatada experiencia en la administración de cuentas y de tarjetas cuya operatoria básica terminará confluyendo en una solución única y simplificada, que mejorará substancialmente la experiencia de pago del usuario, siendo ésta más consistente y coherente con sus expectativas, tanto en entornos físicos como virtuales.

La frontera entre lo offline y lo online se reducirá a una línea imperceptible cuando se consiga que el usuario opere de forma segura y confiable en cualquier canal con una misma solución tecnológica que respalde el pago de extremo a extremo. Dará igual que una misma persona realice transacciones de pago en una tienda física o en una digital ya que la experiencia será muy parecida al seguir procesos similares que unificarán las pautas de conducta en ambos entornos. Tampoco habrá diferenciación entre cuenta o tarjeta porque el origen del pago se hará desde un depósito digital y a través de un dispositivo también electrónico (o biométrico).

Si recuperamos el concepto “phygital” usado en marketing, en muy poco tiempo estaremos ante los “Phygital Payments” para lo cual la industria financiera tendrá que orientarse a conectar la experiencia de pago online y offline con total fluidez, garantizando inmediatez y agilidad en los procesos, aportando los recursos para obtener una experiencia inmersiva y emocionalmente positiva, y permitiendo la interacción humana para mantener activo el contacto personal que hace más creíble y confiable la comunicación entre las partes que intervienen.

 

José Manuel Navarro Llena

CMO en MOMO Group 

Publicado en el Nº 63 de IT USER (págs. 144-146)

EL BANCO DE ESPAÑA APRUEBA A SEFIDE EDE LA AMPLIACIÓN DE SUS ACTIVIDADES FINANCIERAS

 

El 1 de junio ha sido publicada en Banco de España la ampliación de actividades para nuestra Entidad de Dinero Electrónico, lo que nos sitúa a la vanguardia en cuanto a oferta financiera digital. 

Tras un estricto proceso de documentación y demostración de sus capacidades técnicas, de gestión y regulatorias, hemos obtenido la autorización del Banco de España para ampliar nuestras actividades en cuanto a la oferta de productos y servicios financieros básicos.

Ya en 2013 realizamos la primera operación en España de pago en comercio físico con un dispositivo móvil a través de su plataforma “momo pocket”, y en 2014 obtuvimos la licencia bancaria como entidad de dinero electrónico (clave entidad 6705) para poder emitir, procesar y reembolsar dinero digital de extremo a extremo. Ello nos ha permitido ofrecer servicios regulatorios, de banca y de plataforma a otras empresas (modelo B2B) para ayudarles a comercializar sus productos con total garantía y transparencia, aportando canales electrónicos más eficientes y dentro del marco normativo establecido a nivel europeo.

En 2019 fuimos una de las entidades que logró la certificación de los requisitos de la nueva directiva de servicios de pago UE 2015/2366 (PSD2) sobre estos servicios en el mercado interior, lo que implicó situarnos entre las entidades capacitadas para la integración de su sistema de pagos en el nuevo modelo denominado “open banking”, consiguiendo con ello la desintermediación de las operaciones de pago en establecimientos comerciales y la adaptación a las nuevas demandas de los consumidores, cada vez más exigentes con la rapidez, agilidad, fiabilidad y eficiencia, para poder hacer cualquier transacción cuando y desde donde quiera.

Y en este mes de junio, hemos vuelto a superar las exigencias del Banco de España para ampliar nuestras actividades completando así nuestra oferta con servicios financieros básicos orientados a empresas y particulares, como son las transferencias en entorno SEPA, domiciliaciones recurrentes y ordinarias, servicios de emisión y adquirencia de medios de pago, emisión de tarjetas de débito, iniciación de pagos, información y agregación de cuentas, etc.

Con ello, en SEFIDE EDE ampliamos nuestras capacidades al obtener la autorización para el mayor número de actividades en el sector de Entidades de Dinero Digital a nivel nacional  y completamos nuestra oferta financiera, entre la que destaca el próximo lanzamiento de su tarjeta MOMO Card Debit gracias a la alianza estratégica con VISA y STMP (Sistema de Tarjetas y Medios de Pago). Con ello, cualquier persona podrá tener una cuenta de dinero electrónico, una tarjeta VISA y los servicios financieros básicos en su móvil, para poder gestionar de una forma muy ágil su dinero con total seguridad y comodidad.

 

PSD2: Open Banking y colaboración

Para la transformación digital de los servicios financieros en general, y de la banca en particular, este año es muy significativo ya que, entre otras cuestiones importantes, ha entrado en vigor la nueva Directiva de la Unión Europea PSD2. Y nos trae un cambio fundamental y revolucionario para todos los participantes del proceso: Fintech, banca y consumidores. La directiva está orientada a fomentar la competencia, proteger a los consumidores y permitir la irrupción de nuevos modelos de negocio en Internet. Pero ¿qué significa esto?  

 

Que la PSD2 está “obligando” a los bancos a transformarse profundamente, a adaptarse a un nuevo entorno tecnológico y competitivo. La directiva está reduciendo las limitaciones para que aparezcan nuevos “players” que puedan ofrecer una alternativa en productos y servicios financieros. Además, está impulsando la creación de un ecosistema donde challenger Banks, neobanks, Fintech y banca clásica puedan trabajar juntos para crear productos y soluciones a medida de los consumidores. Porque la competitividad en el sector financiero, sobre todo con los gigantes tecnológicos queriendo abarcar parte del mercado bancario, requiere de esta colaboración entre banca y Fintech impulsando creación de un modelo de negocio bancario más flexible y orientado al cliente.  

 

Hablando de clientes, la PSD2 insiste en que el cliente sea el centro del negocio, le da el poder de ser el propietario de sus datos y la capacidad de elección, además de ofrecerle mayor protección.  Esto significa que el cliente puede autorizar a terceros para que puedan acceder a sus datos, con mayor seguridad, en la plataforma de su banco y realizar operaciones en su nombre. Estos terceros son: TPP (proveedores de servicios de pago), PISP (proveedores de servicios de iniciación de pago) y AISP (proveedores de servicio de información de cuentas) y pueden hacer pagos por orden del cliente y gestionar soluciones financieras personalizadas.  

 

El mundo financiero apuesta por la implantación de APIs para su transformación, abrir los datos bancarios a desarrolladores, startups y otros participantes del campo Fintech a través de plataformas abiertas supone el inicio de la era de Open banking. Y este movimiento hacia Open Banking y APIs abiertas aumenta la velocidad del cambio en la industria en general, en la medida que las empresas FinTech generan soluciones que les permitan alinearse rápido con las nuevas oportunidades. 

 

El Open banking es sin duda es una buena herramienta para cambiar el entorno de pagos para beneficiar a los usuarios. Al permitir el acceso a los datos a terceros de forma segura, se facilita la verificación de las cuentas bancarias, lo que ayuda a luchar contra el fraude online con mayor eficacia.

 

Normativas como la PSD2, acompañadas de sistemas soportados en blockchain y API’s capaces de poner en conexión a los usuarios con todo el sistema financiero es lo que alienta un nuevo mercado de soluciones a medida de cada individuo, algo que en SEFIDE EDE tenemos como eje principal de nuestra actividad, apoyándonos además en el valor diferencial respecto de otras Fintech de ser entidad regulada, por lo que aunamos tecnología y regulación financiera en una oferta de servicios Fintech Store para un modelo de Open Banking completo.

 

Inteligencia Artificial: ¿son robots humanizados o como herramientas sencillas también nos valen?

El termino «Inteligencia Artificial» o «IA» es uno de los más usados en las publicaciones relacionadas con diferentes áreas relacionadas con la educación, la medicina, las ciencias sociales o financieras, la empresarial…, pero todas coinciden en que la IA es el futuro de casi cualquier sector.

Por una parte, tienen razón, porque no usar las nuevas tecnologías aumenta el riesgo de quedarse desfasado con respecto a las últimas tendencias y perder el ritmo de desarrollo de Mercado; pero, por otro lado, no todas las áreas necesitan el mismo nivel de fomento de la inteligencia artificial, porque las necesidades de automatización difieren según de qué industria se trate.

Las empresas que se dedican a la producción de robots inteligentes se esfuerzan mucho por hacer que las interacciones con la IA sean lo más realistas posibles en sonido, comportamiento y reacciones de sus creaciones. Pero muchas veces al buscar la perfección pierden la razón de su trabajo, y esta razón es optimizar las operaciones, ahorrar costes y aumentar la satisfacción del cliente.  ¿De verdad las características humanas son imprescindibles para cumplir estas funciones en todos los campos? puede que no sea lo que los consumidores quieren.

No dudamos que algunas áreas necesitan las capacidades de pensamiento crítico más altas posibles, pero estas aplicaciones son solo una parte del futuro generalizado de la IA. Otras necesitan una forma sencilla de IA porque, por ejemplo, incrementar los sistemas artificiales de percepción y de toma de decisiones simplemente no es necessario.  Un buen ejemplo en este caso sería la banca. Porque el servicio “atención al cliente siempre disponible”, es decir servicio de 24 horas, sí puede necesitar la automatización del proceso de interacción con el usuario y la respuesta más rápida. Y, sin embargo, los consumidores no necesitan una IA con desarrollos específicos de diferentes niveles de comodidad personal, preferencias y sensibilidad. ¿Por qué?  La banca, en general, está formada por los mismos tipos de interacciones, independientemente de quién o dónde se encuentre: disposiciones de efectivo, depósitos y transferencias. En estas interacciones, el objetivo es la velocidad y la simplicidad en todos los canales. Es decir, comunicarse con una institución bancaria para ejecutar varios tipos de transacciones no requiere un sistema de mensajería basado en inteligencia artificial; solo necesita poder interactuar y hacer recomendaciones o transferencias basadas en la necesidad inmediata del cliente y en el histórico de transacciones similares para recuperar datos repetitivos. Y esas necesidades siguen siendo iguales independientemente de la demografía, sea un pensionista o una estudiante, al final quieren la misma cosa: hacer alguna transacción.

¿Y qué tal los neobancos y las Fintech? ¿Cómo están usando las últimas tecnologías? Este año observamos que estas innovaciones se están aplicando en cinco áreas principales:

  1. En el asesoramiento financiero automatizado o desatendido, que, evaluando todas las opciones disponibles, pueden encontrar para el inversor la mejor opción en términos de riesgo/éxito.
  2. En la atención al cliente o chatbots basados en IA con habilidades de conversación humanizada, desarrollados con big data y aprendizaje automático.
  3. En los pagos online y aplicaciones financieras, especialmente en el sentido de autorización y de prevención de fraudes y gestión de riesgos. Los sistemas son capaces de aprender el comportamiento normal del usuario y reconocer situaciones peligrosas, hasta prevenirlas en un futuro.
  4. En el cumplimento regulatorio, en su mayoría son programas que son capaces de detectar cualquier incumplimiento.
  5. En la predicción de los mercados de acciones y futuros. Son sistemas capaces de evaluar la publicidad de las empresas, comentarios de analistas y otros factores, haciendo un análisis de sentimientos y además comparar la información con hechos históricos para predecir la rentabilidad de las acciones.

Es hora de comenzar a preguntarse dónde son más valiosas las soluciones de IA, y qué nivel de aprendizaje avanzado se necesita para satisfacer a la mayoría de los consumidores. Por eso es tan importante que cada empresa o entidad evalúe individualmente cómo y dónde encaja la IA en su transformación digital, mucho antes de que sea lo suficientemente sofisticado para rivalizar con el contacto humano. Debido a que las expectativas de velocidad y disponibilidad ya están contempladas, si la IA como herramienta de automatización se ignora en el corto plazo, se corre el riesgo de retrasar la evolución a largo plazo de esas industrias.

 

Funcas: banca vs. Fintech, comparativa de la oferta

Cada día escuchamos más sobre la competencia entre bancos clásicos y Fintech. Muchas veces se percibe como un proceso en el que el sistema antiguo se resiente con la irrupción de las nuevas tecnologías, usándose con asiduidad la frase «las fintech matan a la banca». ¿Pero de verdad es una competición “feroz”? Los comentarios de los bancos y de las empresas fintech son muy contradictorios.

Para aclarar un poco la situación, el Observatorio de la Digitalización Financiera Funcas-KPMG viene analizando desde 2017 la actuación y el impacto de los nuevos actores en los procesos bancarios tradicionales y sus principales implicaciones. Dentro de esta línea de trabajo, el estudio realiza un análisis comparativo de la oferta de productos y servicios de las Fintech españolas respecto a la oferta que realiza la Banca tradicional.

El estudio demuestra que, en la actualidad, se aprecia un sector financiero más sólido y rentable, en el que los bancos se enfrentan a un entorno de máxima exigencia caracterizado por:

  • Bajos tipos de interés
  • Gran competencia por los clientes, los negocios y las operaciones más rentables
  • Aparición de nuevos actores en el sector (Fintech y GAFA -Google, Amazon, Facebook y Apple)

Por su parte, las Fintech continúan consolidándose en el sector ofreciendo, en su mayoría, productos y servicios complementarios a los bancarios (al destinarse a clientes históricamente excluidos por la banca por su falta de rentabilidad o alto riesgo) así́ como productos y servicios de soporte a los bancos.

«De las 300 Fintech nacionales se calcula que, actualmente, el 48% de las compañías son complementarias a los bancos, el 32% son colaborativas y el 20% competidoras.»

Pocos productos y servicios de las Fintech nacionales entran realmente en competencia con la banca tradicional. Se caracterizan por unos costes reducidos, rapidez, sencillez, transparencia y gran personalización.

Los préstamos, tanto a empresas como a particulares son la principal área de competencia entre banca y Fintech aunque, como sucede con el resto de verticales, la financiación Fintech suele ser más complementaria que sustitutiva de la bancaria.

Se estima que, en un futuro cercano, la principal competencia con productos y servicios realmente sustitutivos a los bancarios, no vendrá́ de las Fintech, sino de las grandes compañías tecnológicas.

Para hacer frente a estos retos, la banca tradicional está redefiniendo sus modelos de negocio para satisfacer a unos clientes cada vez más digitales, de acuerdo con las nuevas regulaciones, aumentando la transparencia y manteniendo la seguridad y la confianza. Además, la industria financiera se encuentra cada vez más abierta a la colaboración, tanto con una alianza Banca-Fintech, como con la cooperación entre entidades tradicionales.

El auge de las Fintech está revitalizando la experiencia del cliente en el ámbito de los servicios financieros y ha supuesto un acelerador para la transformación digital de la banca. Poseen procesos muy adaptados y enfocados al cliente. Y la reducción de los costes que han hecho posible gracias a la tecnología les permite lanzar en el mercado productos muy competitivos. Sin embargo, no puede considerarse que estén siendo realmente disruptivas en las verticales en las que realmente compiten con los bancos.

Efectivamente, se pueden observar productos diferenciales con un alto valor añadido en aquellas verticales complementarias, que satisfacen las necesidades financieras de segmentos históricamente desatendidos por el sistema financiero tradicional, y en las colaborativas, en las que las Fintech ofrecen sus servicios a los bancos, generalmente de soporte a sus procesos:

– Los comparadores financieros ofrecen una amplia y actualizada información sobre las hipotecas, préstamos, cuentas, tarjetas y depósitos, que se pueden encontrar en el mercado para que los usuarios seleccionen el producto más ventajoso. Su objetivo es ayudar a los interesados a entender y elegir los productos que más les convienen para su caso particular, desde los más habituales como las cuentas bancarias o las tarjetas de crédito, hasta productos más complejos como préstamos o hipotecas.

– El onboarding digital hace referencia al proceso de identificación no presencial que permite a los usuarios darse de alta como nuevos clientes de manera totalmente digital a través de canales online. Se basa en el uso de la tecnología biométrica para reconocimiento óptico y facial, así́ como la captura de documentos de identificación oficial. Asimismo, con estas soluciones

se previene de una forma más efectiva el fraude de identidad y proporcionan una ágil y fácil experiencia de usuario.

– Los agregadores financieros muestran en un mismo lugar toda la información financiera de un cliente, mostrando todas sus posiciones en los diferentes bancos con los que opera y de las diversas compañías de tarjetas. Además de mostrar toda la información en un único lugar suelen proporcionar servicios de valor añadido al cliente, como la clasificación por tipología de gasto o diversas alertas que permiten al cliente una mejor gestión de sus finanzas personales.

– Las Fintech de infraestructura financiera permiten la conexión con los bancos para la descarga automática de los movimientos, siendo compatible con los principales ERP y bancos del mercado. Su propuesta se sustenta en nuevas tecnologías que permiten mejorar la agilidad, flexibilidad, velocidad y precisión de la información.

– Las Fintech que apuestan por el Big Data y la Inteligencia Artificial colaboran con los bancos para ayudarles a conocer mejor a sus clientes, detectar mejor sus necesidades, definir nuevos productos o servicios, así́ como detectar posibles situaciones de fraude.

Estas empresas Fintech tienen un futuro prometedor, ya que su colaboración con la banca les permitirá́ evolucionar y desarrollar sus productos y servicios, porque las entidades tradicionales cuentan con capacidad de inversión y la confianza de los clientes. En la actualidad, se presentan claros ejemplos de esta colaboración con startups tecnológicas trabajando con los bancos para la incorporación de mejores sistemas de aproximación a los clientes y con los bancos lanzando programas de aceleración de startups Fintech con el fin de seguir innovando. Es más, se está produciendo un auge del concepto «Banking as a Plataform”, es decir, la banca como base del sistema y diferentes APIS conectadas para ofrecer los distintos servicios a los clientes.

Por su parte, las entidades tradicionales están adaptando sus estrategias y modelos de negocio, adoptando las buenas prácticas y ejemplos del sector Fintech para conseguir mantener a sus clientes y para hacer frente a futuros competidores.

Con el mismo objetivo, los bancos también están estudiando vías de colaboración con otros bancos, entre las que destacan:

– Compartir centros tecnológicos, incubadoras y aceleradoras Fintech.

– Crear una tarjeta de crédito común, o plataformas, como ya han avanzado con la aplicación de pequeños pagos inmediatos Bizum o con la fusión de los tres medios de pago existentes hasta ahora (Servired, 4B y Euro 6000).

– Crear oficinas multimarca en zonas rurales donde no hay sucursales para que el cliente pueda realizar su operativa. Con esta medida, las entidades conseguirían lidiar con la exclusión financiera en estas áreas.

El avanzado ritmo de desarrollo tecnológico actual hace que las tendencias en el mundo digital tengan unos ciclos de vida bastante impredecibles. A pesar de ello, KPMG identifica las siguientes 5 tendencias que marcarán el futuro próximo, todas ellas con la experiencia de cliente como denominador común:

1. Sofisticación de canales digitales para crear experiencias de cliente integrales

2. Digital Store

3. Análisis de datos de calidad

4. Realidad Virtual (VR) y Realidad Aumentada (AR)

5. Asistentes virtuales y sistemas cognitivos

En lo que respecta al ecosistema Fintech, este continúa madurando a un ritmo acelerado, con grandes desarrollos que van desde el aumento de la banca abierta, el aumento de la claridad regulatoria y el avance de tecnologías como la Inteligencia Artificial y el Blockchain.

Las 10 predicciones de KPMG más relevantes para el 2018 en el sector financiero, son las siguientes:

  1. La Inteligencia Artificial se acelera: la innovación continúa y se adopta la IA como tecnología subyacente
  2. Incremento de Regtech: mayor inversión en Regtech en todo el mundo
  3. Cooperación: mayor colaboración y asociación entre proveedores a gran escala
  4. Préstamos digitales de próxima generación: aumento de la tecnología y las plataformas de las hipotecas en línea
  5. Más allá́ de los casos de uso: primeros éxitos en el inicio de los sistemas de producción de blockchain
  6. Banca abierta: las API abiertas marcan el camino para desarrolladores en Europa y en el mundo
  7. Nuevos challenger banks: los “incumbents” de servicios financieros construyen sus propios bancos digitales
  8. Innovación Insurtech: incremento de la inversión para impulsar el desarrollo Insurtech y construir hubs de referencia alrededor del mundo
  9. Hacia compañías full- stack: las empresas Fintech más maduras amplían los conjuntos de soluciones ofertadas intentando abarcar toda la cadena de valor
  10. Participación con las Big Tech: mayor asociación entre Fintech y los gigantes tecnológicos

Los bancos nacionales, además del esfuerzo de reestructuración  y aumento de la eficiencia realizado en los últimos diez años, están ajustando sus modelos de negocio para poner el foco en el cliente y así revitalizar los márgenes, sin depender únicamente de la normalización

de la política monetaria y las subidas de tipos de interés que se esperan en Europa a partir del próximo año.

Las Fintech, por su parte, siguen incrementando su presencia y relevancia, impulsando un ecosistema cada vez más fuerte que actúa como motor de cambio y transformación del sector  financiero. Estas empresas tecnológico-financieras son capaces de desarrollar soluciones que permiten desintermediar a los bancos en tareas y funciones de su cadena de valor tradicional.

Y aunque esto podría suponer una amenaza competitiva para las entidades tradicionales, la

estrategia de Bancos y Fintech ha ido cambiando y en buena medida ya no actúan como competidores, sino que buscan fórmulas de colaboración como la mejor vía para generar valor.

Tanto Bancos como Fintech ven cómo sus principales competidores a los gigantes tecnológicos (GAFA y BAT), que cuentan con la confianza de millones de usuarios y con grandes fondos para sus inversiones. Frente a la competencia de los bigtech, la colaboración banca-Fintech, permite a ambos estar a la vanguardia de la tecnología bancaria y ser parte del ecosistema tecnológico. En consecuencia, actualmente las entidades financieras tradicionales mantienen una estrategia activa de inversión, adquisición, colaboración e incubación de nuevas startups en el sector Fintech.

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